martes, 1 de julio de 2008

Argumentación desarrollada de: Karenjcs

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Especialidad: Educación Especial
Curso: Desarrollo del Lenguaje
Profesora: Angélica Silva
Período Académico: 2008-1

Karen Ceballos
Sección: 724


Algunas consideraciones sobre las limitaciones que una persona pueda tener en el desarrollo del lenguaje
(Texto de opinión)


Al hablar de desarrollo y adquisición del lenguaje nos referimos a que el ser humano utiliza el lenguaje como instrumento básico para la interrelación con su entorno. El lenguaje es una herramienta fabulosa que nos permite representar el pensamiento, los sentimientos, las intenciones, e incluso la cultura. En tal sentido, el hombre tiene la necesidad de relacionarse con sus semejantes, a través del lenguaje, siendo el único capaz de transmitir un mensaje por medio de códigos y signos lingüísticos. Así mismo, cabe destacar, que el lenguaje es la herramienta fundamental de la comunicación humana, y su uso nos diferencia de los animales por tener esa facultad. Ahora bien, si hemos leído que el lenguaje es una facultad que tienen los seres humanos para comunicarse ¿De qué manera algunas personas desarrollan este proceso del desarrollo del lenguaje con ciertas limitaciones? Para explicar esta interrogante, revisaremos las teorías que estudiamos en el curso desarrollo del lenguaje, justificando de esta manera la importancia de los conocimientos adquiridos en esta materia.

En primer lugar, las teorías más coherentes con la evolución, adquisición y desarrollo del lenguaje encuentran, en mi opinión, sus fundamentos en los planteamientos de Piaget y Vigotsky. El primero de los autores, Piaget, hace referencia a que el niño construye el pensamiento a medida que va evolucionando sus producciones lingüísticas. Por otro lado, Vigostky plantea que el niño desarrolla todas sus facultades (cognitivas y lingüísticas) de acuerdo con los aprendizajes generados en el entorno social. Del mismo modo, expresa que el pensamiento y el lenguaje forman parte de la evolución, la cual está estrechamente vinculada con el cambio y crecimiento en el desarrollo. Por esa razón, considero que el lenguaje es innato en todas las personas y hay que estimularlo y reforzarlo, tomando en cuenta las generalidades suministradas por la ciencia y a la vez considerando las especificidades en cada persona.

En segundo lugar y de acuerdo con lo planteado anteriormente, el ser humano necesita estar en contacto con el medio, para que éste pueda desenvolverse en cualquier contexto donde se encuentre. Para los educadores y particularmente los docentes que laboran en la educación especial es importante conocer el desarrollo del lenguaje de un niño de inteligencia promedio. Esa distancia, para los profesionales del área, resulta de interés para identificar posibles déficits en un niño con necesidades especiales, donde puede estar comprometido el lenguaje. Es aquí donde el trabajo de los expertos de la educación especial es de suma importancia ante las alteraciones del lenguaje, pues éste permite detectar de manera temprana cualquier dificultad y tomar las medidas pertinentes en los planes de atención, para minimizar las posibles dificultades que puedan presentarse durante el desarrollo general del educando.

En tercer lugar, la psicolingüística plantea la revisión y atención de dos estructuras del lenguaje, a saber: el comprensivo el expresivo. El primero se refiere a la cantidad de relaciones semánticas que se tiene en la estructura profunda, mientras que el segundo está relacionado con la producción lingüística y/o verbal. Son estas dos estructuras del lenguaje las que pueden evidenciar algún tipo de alteración durante el desarrollo y la adquisición del lenguaje. Es por ello, que se estima que los docentes deben asumir la importancia de conocer sobre ambos planos o estructuras del lenguaje, cuando éstas no están en concordancia con el desarrollo que se espera de un niño de edad promedio. En otras palabras, tanto el lenguaje comprensivo como expresivo deben constituirse alarmas de posibles déficits en el desarrollo de un niño o adolescentes.

En cuarto lugar, pertinente resalar que la alteración del lenguaje se da por múltiples razones, pero éste debe ser visto desde una perspectiva biopsicosocial, a la par que se estudian otros aspectos del desarrollo de la persona, esto es, porque el ser humano es un ser íntegro, indivisible y que al hablar de áreas, componentes del lenguaje, debemos saber que tal situación es sólo para facilitar su estudio y atención. No hay que perder de vista que cuando se habla de alteraciones en el lenguaje, generalmente hago referencia a un síntoma o a una respuesta que viene dado por otros aspectos de base bien sea cognitivo, emocional, u orgánica.

Por último puedo concluir, que el lenguaje tal y como nosotros lo percibimos es el resultado de una conducta innata. Y la suma de factores del ambiente que interactúan con la persona. Estoy convencida de que aún y cuando el niño no produzca signos lingüísticos nos dará hincapié a pensar que no perdería su evolución en su desarrollo del lenguaje. Mientras ese niño alcance la capacidad fonoarticulatoria necesaria para expresarse, debemos los docentes especialistas estimular otras áreas como lo son la psicomotora, cognitiva, y la socialización entre otras. De esta manera evitar, alteraciones mayores en la medida que se desarrolla el individuo. Tampoco podemos olvidar que el lenguaje es una herramienta fabulosa que nos permite expresar el pensamiento, los sentimientos, las intenciones, e incluso la cultura. Sin embargo, este curso me permitió confirmar que la adquisición del lenguaje no se estructura de la misma manera en los educandos con necesidades especiales. No obstante, estos conocimientos son muy útiles para facilitar el trabajo en el aula con los niños, para reforzar y estimular con más intensidad el lenguaje, ya que es una de las áreas más comprometidas en educación especial. No olvidando que todos los seres humanos somos diferentes, por tanto su lenguaje expresivo y comprensivo también lo son.